Escribiendo paridas en la Red desde 2005 ;)

> 16 de febrero de 2009

He elegido un mal día para dejar de...

hablar sobre lo guay que soy por haber dejado el tabaco.

Comienzo con este post una serie dedicada a mis adicciones.

Entre ellas he de reconocer que me encanta fardar de la fuerza de voluntad tremebunda de la que hice gala al dejar el tabaco... Cierto es que pequé de idiota al empezar, pero también no es menos cierto que empecé de muy niña. Ver el cigarrillo humeante en casa puede resultar en un crío en dos actitudes frente al tabaco totalmente opuestas: odiarlo y ser el niño pesado que persigue a sus padres para que lo dejen, o ser el que va de mayor y le da caladas a escondidas con esa sensación tan maravillosa, transgresora y estúpida de madurez a los once años...

Me gusta fumar. No es una declaración de principios, es un hecho.

Me gusta fumar, comer, beber, bailar hasta la extenuación, comprar libros, tomar café, chutarme de teína (o Pu-Erh o nada), jugar a la consola, ir a museos, el sexo, leer compulsivamente, ver series americanas de dudoso gusto, el Mus, comprar ropa, leer comics, arrastrar a mis colegas lloviendo a la playa para chutarme de mar y ser una chula. Y no necesariamente en ese orden.
Vamos, nada que no sepáis.

Y sí, me gusta fumar. Me encantaba el momento en el que encendía el cigarrillo. Mejor con mecheros normales, nada de pijerías con gasolina ni cerillas, después el cigarro no te presta igual. Dejan esos cachivaches un mal regusto...

Esa primera calada, caliente, que me abría los labios, atravesaba mi boca y se encaminaba por mi garganta hasta mis pulmones, llenándome de... lejía, alquitrán, benziporeno, DDT, arsénico, formol...

Todo por ese chute de nicotina que corría hacia mi cerebro y hacía que mis neuronas galoparan.

Me gusta ese olor tan repulsivo a tabaco. Me encanta. Rubio, nunca negro.

Me gusta fumar y llevo año y medio sin hacerlo.

La odiosa molécula

Libré mi batalla contra la adictiva molécula justo cuando dije que lo haría. Os lo dije hace unos... 12 o 13 años "Dejaré de fumar cuando termine de estudiar". Lo que pasa es que no me veía con fuerzas para hacerlo una vez terminada la carrera, así que me hice una tesis :-) Todo por posponer la cita.

Antes de ponerme a ello dejé la otra substancia que me tenía subyugada: el café. Según un ranking de las substancias más adictivas publicada por la revista Health (resumida en esta página), el café ocupa la posición número 12... (evidentemente, la nicotina es la reina)

Es que estoy convencida de que la cafeína se recombina maléficamente con la nicotina para, si eres adicto, llamarse una a la otra y la otra a la una...

Las moléculas... esas zorras desagradecidas.

Eso sí, una vez dejado el tabaco me lancé de cabeza a una vorágine de diversos substitutivos, llevándome a casa a cualquier ítem de chocolate que se me cruzase por el camino, sin hacer distinciones... (sí, señores, caí muy muy bajo. Llegué, incluso, a atiborrarme de cereales con chocolate por las noches...).

Después de unos ocho meses logré volver a tomar café sin sentir la terrible necesidad de un cigarrillo, e incluso estar rodeada de fumadores sin querer asesinarlos, degollarlos y tirarlos Rande abajo a todos. Lo que en realidad podría ser un poco engorroso dado que la relación de consanguineidad creo que constituye un agravante del asesinato. No, no sería homicidio, aunque no me pagarían, la parte de premeditación es segura y la alevosía... bueno, seguro que la cumpliría :-D

También una cosa más, un aviso para naveghantes... además de lo terriblemente pesada y tocagüevos que estuve durante una temporada (más de lo habitual, lo cual ya es decir) no fui capaz de concentrarme en el trabajo durante una barbaridad de tiempo. Estaba acostumbrada a trabajar con el cigarrillo al lado (cajetilla y media diaria es cajetilla y media, señores) y me costó diosa y ayuda volver a escribir un artículo en condiciones sin tener la mente divagando por extraños parajes donde lo de menos era mi investigación y todo el mundo tenía cabezas de cigarrillo.

Bueno, algunos siguen teniendo cabeza de Marlboros... o de Chester.
Los más feos, de LM...

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1 Comentarios:

  • En fecha 17/2/09 09:26, Blogger Skaar comentó…

    Pues bienvenida de vuelta al mundo de los que tenemos cientos de vicios, algunos inconfesables, pero no el tabaco.

    Ahora que sabes que puedes, ya serías capaz de intentar dejar "otros vicios" que también te tienen presa

    Muahaha!!!!!

     

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