Ladrones

El indignante asunto de los pagos en B (el dinero negro de toda la vida, vamos) en la compraventa de vivienda es un tema muy gastado: todo el mundo lo conoce, consiente y, sin embargo, casi nadie hace nada por impedirlo, desde las Administraciones hasta las instituciones judiciales, pasando por los propios compradores, que tragan porque así sale más barato. Luego nos quejamos del altísimo precio de la vivienda, que es una de las primeras preocupaciones del personal en todas las encuentas. Diría yo que tiene algo que ver pago en negro y subida de precios, ¿no? Cuando alguien paga parte del precio de su futura vivienda en B mira su propio interés (ahorrarse unos dinerillos), pero es consciente de que el promotor o agente inmobiliario de turno le hace la jugada no para ganarse honradamente la vida, precisamente, porque no llega con un razonable beneficio en el ejercicio de su profesión: hay que forrarse. Y nosotros, la ciudadanía, poco más les damos palmas comprando desaforadamente. Pero, en cualquier caso, es problema es puntualmente del que compra y el que vende, ¿verdad?

PUES NO. Cuando tal estafa la perpetran a cuenta de vivienda protegida ya se está jugando con los dineros y los intereses de todos y se manda al garete una iniciativa que pretende precisamente evitar el sobreprecio de la vivienda. Por tanto yo digo que son unos ladrones. Y que, de demostrarse los hechos tan graves denunciados, no debería acarrear solamente la sanción prevista (devolución del dinero cobrado fraudulentamente, el pago de una sanción y la inhabilitación de la promotora), sino que los responsables deberían ir a la cárcel, por mucho portavoz del PP en Pontevedra que sea uno de ellos.

Un compañero de trabajo me había comentado hace poco que prefería como políticos profesionales aquellos que precisamente no necesitasen serlo por estar forrados, y por tanto, carentes de ambiciones y corruptelas. Se ve que, en algunos casos, ni siquiera eso es garantía de nada.